Croquetas de pollo caseras

Me toca comenzar a reponer el fondo de congelador porque lo tenía bastante vacío y ahora que dispongo de más tiempo para enredarme en cocina me gusta ir preparando cosas para tenerlas listas y poder echarle mano cuando las necesite. Y uno de mis imprescindibles como fondo de congelador son las croquetas y hoy os traigo unas de pollo caseras que están de lujo.

Esta es la receta que durante toda la vida se ha usado en mi familia, mi madre las preparaba en el bar, aquí hay costumbre de hacer caldo de ave en los meses de invierno con unas albóndigas de carne que se llaman pelotas o rellenos, depende de de la zona (y que un día os tengo que dar la receta) y claro, toda la carne que quedaba de preparar el caldo se aprovechaba en croqueta. Es por tanto una receta más que comprobada y aunque yo os voy a dar cantidades para que salgan unas 4 docenas de croquetas de tamaño hermosete , si no queréis hacer tanta cantidad  siempre podéis disminuir las cantidades que os doy respetando las proporciones, aunque yo la verdad es que cuando me enredo en cosas así siempre hago en abundancia.

Croquetas podemos hacer de muchos ingredientes, son ideales para aprovechar restos de otras comidas, como las croquetas de cocido que ya publiqué hace tiempo pero para mi gusto, sean de un ingrediente u otro lo importante es que la bechamel sea cremosa, esté bien trabajada a fuego lento y su rebozado sea crujiente.

Como la bechamel es cremosa, a la hora de liarlas tal vez se nos pegue un poco a las manos, si esto pasara simplemente con untarnos las manos en un poco de aceite de oliva el problema estaría resuelto. Si aún así se nos pegara puede ser que o le falte frío o le falte cocción.

Como con estas cantidades van a salir bastantes croquetas, si queréis congelarlas AQUÍ os explico como se hace para que queden sueltas.

Ingredientes para unas 4 docenas de croquetas

400 grms de carne de pollo cocida
1 cebolla gorda o 2 medianas
2 dientes de ajo
1 ramita de perejil
1 L leche entera/semidesnatada
1/2 L caldo de pollo
230 grms de harina
Aceite de oliva
Sal
Nuez moscada
Pimienta negra recién molida

Para el rebozado

2 huevos
Harina
Pan rallado

Abundante aceite para freír

Meterse en faena

Lo primero que hay que hacer es cocer el pollo (si vais a aprovechar carne de pollo de haber hecho otra elaboración este paso os lo saltáis). Ponemos una olla con abundante agua y añadimos una rama de apio y 2 zanahorias. Yo puse dos cuartos traseros de pollo que pesaban alrededor de 900 gramos, que una vez cocidos y limpios de pieles y huesos quedaron en 400 gramos de pollo, dejamos cocer tranquilamente hasta que el pollo esté bien tierno, aproximadamente unos 45 minutos, sacamos del caldo y reservamos. Colamos y guardamos el caldo de la cocción.

Una vez frío, limpiamos el pollo y picamos con ayuda de las tijeras, a mi no me gusta hacerlo demasiado picado ya que en la cocción se deshace bastante y me gusta encontrar trocitos de carne.

Pelamos los ajos y picamos muy finamente, también picamos el perejil. Ponemos una tartera amplia con un fondo de aceite de oliva (yo el aceite lo echo a ojo pero más o menos será medio vaso de los de agua) y añadimos los ajos y el perejil cuando el aceite todavía no esté caliente, sofreímos a fuego lento y antes de que el ajo coja color echamos la cebolla partida a cubo pequeño.

Rehogamos a fuego bajo, tranquilamente hasta que la cebolla esté muy transparente y se vea muy tierna, como siempre añadimos un polvito de sal para ayudar a sudar. A continuación incorporamos la carne de pollo picada y damos varias vueltas para que se caliente y seguidamente añadimos la harina para hacer la roux. La harina hay que rehogarla muy bien para matarle el sabor de harina cruda y aunque se nos quede con un aspecto de ser una especie de "migas", no pasa nada, los grumos se desharán en la cocción, lo importante es que la harina esté bien rehogada.

Le añadimos primeramente el medio litro de caldo de pollo que habremos calentado , si ponemos el líquido en frío además de tardar más en romper a hervir, es más fácil que nos salgan grumos. Movemos bien para soltar la harina y a continuación añadimos la leche también caliente. Poco a poco los pequeños grumos se irán deshaciendo, sazonamos con sal, pimienta negra molida y nuez moscada.

Cocemos a fuego medio/suave hasta que la bechamel se desprenda de las paredes de la tartera y hasta que la masa se ponga "perezosa" como yo le digo. Esto es, si dejamos de mover la masa le costará borbotear y lanzará en vez de muchas burbujitas rápidas en la cocción, una sola burbuja grande y muy lenta, cuando la masa esté perezosa es que la bechamel está lista.

Volcamos a una fuente y cubrimos con un papel film a piel para que no le salga costra, dejamos enfriar y una vez fría guardamos en el frigorífico por espacio de unas 12 horas. Pasado ese tiempo las vamos formando del tamaño que más nos guste, a mi me gustan gorditas.

Rebozamos en harina, huevo y pan rallado, en ese orden y en abundante aceite caliente freímos hasta que estén bien doradas. Al freírlas, al ser una bechamel cremosa, si el aceite no está lo suficientemente caliente podrían reventar.

Ya tenemos nuestras croquetas de pollo caseras listas para tomar como aperitivo o como acompañamiento, cuando hice estas fotos yo las hice para tomar con unas buena sopa de pollo con garbanzos y nos supo a gloria. Y os invito a conocer mi página de Facebook.