Calamares en su tinta

Hace unas semanas les estuve preguntando a los seguidores de la página de Facebook si deseaban hacerme alguna sugerencia de recetas que tuvieran ganas de tener y que si estaba en mi mano yo intentaría elaborarlas y una lectora me pidió más recetas con calamares. Lo cierto es que en este blog ya hay varias recetas de calamares, porque nos encantan en casa, como los calamares en salsa picante o los calamares rellenos, pero tenía muchas ganas de publicar esta receta de calamares en su tinta y así de paso satisfacer el deseo de mi lectora y amiga Núria.

Yo manejo dos recetas de calamares en su tinta, hoy os traigo la que suelo hacer de manera más habitual en casa y que más nos gusta, la otra no lleva sofrito, se cuece en leche y cebolla y es más suave aunque igualmente rica. A mi personalmente me gustan fríos y más todavía de un día para otro aunque se pueden tomar calientes, yo los elaboro normalmente con un día de antelación a consumirlos lo que los convierte en un plato muy socorrido de fondo de nevera, que siempre va muy bien tener algo preparado.

En esta ocasión he usado calamares congelados (nunca uso tubo de calamar limpio, no me gusta su sabor, prefiero limpiarlos yo) pero la tinta de los calamares congelados no me agrada especialmente (es probable que esté seca), así que compré bolsitas de tinta, si hubieran sido frescos si habría usado su propia tinta que es muy intensa.

He preparado un breve vídeo de menos de 2 minutos con un detallado paso a paso de la receta.

Ingredientes

1 kg de calamares
1 cebolla tierna grande
1 copa de vino blanco
3 c/s de tomate triturado
Piñones
Sal y pimienta al gusto
Aceite de oliva
2 bolsitas de tinta de calamar

Meterse en faena

Limpiamos muy bien los calamares de tripas, retiramos la piel y frotamos los tentáculos para asegurarnos que no tienen arenilla, troceamos a rodajas de 1 cm de grosor y los tentáculos a trocitos, reservamos.

Pelamos y picamos a dado grueso la cebolla tierna y la ponemos a pochar en una tartera con un fondito de aceite de oliva, dejamos que vaya cocinando y cuando comience a dorar añadimos los calamares.

El calamar pasará de tener un color nacarado a volverse blanco y comenzará a soltar agua, es normal, dejamos que vaya cocinando a fuego suave., así a la vez irá ablandando. Cuando comience a consumir todo el agua que han soltado, salpimentamos, añadimos unos poquitos piñones y las cucharadas de tomate, movemos bien y dejamos que el tomate fría. Entonces le incorporamos la copa de vino blanco y dejamos que reduzca. Le ponemos las tintas.

Movemos muy bien y dejamos que cocinen unos 10 minutos más o hasta que el calamar esté tierno, los congelados no suelen necesitar mucho tiempo de cocción ya que el proceso de congelación rompe las fibras de la carne y eso la ablanda.

Yo los serví con un poco de arroz blanco, que es muy clásico pero una combinación estupenda pero si deseáis podéis cocer una pasta larga, tipo tallarín y tomarla con estos calamares tan riquísimos.

Me encantan ¿y a vosotros?