lunes, 29 de abril de 2013

Buñuelos de bacalao, receta tradicional


El bacalao es uno de los pescados más consumidos en nuestro país, como se puede conservar perfectamente en salazón era una manera muy eficaz de llevar el pescado a zonas de interior cuando los caminos ni eran tan buenos cómo hoy en día ni los medios de locomoción eran tan rápidos. Poco a poco este pescado fue llegando a todos los mercados alejados del mar y debido también a la instauración de la Cuaresma  por parte de la Iglesia Católica el bacalao comenzó a introducirse en nuestra dieta y ha dado lugar a gloriosos platos como el Bacalao al Pilpil.
Otro plato muy conocido son los buñuelos de bacalao, muy típicos en toda la cuaresma aunque igual de apetecibles en otras fechas.
He visto esta receta preparada de diversas maneras, con o sin cebolla, con agua, con cerveza…En mi familia siempre se han preparado sin cebolla y con leche y esa es la receta que voy a dejaros.

Ingredientes

 200 Gramos de bacalao desalado
1 vaso de leche
½ sobre de impulsor químico (tipo Royal)
2 dientes de ajo
1 ramillete de perejil
Harina, la que admita
2 Huevos
Sal
Aceite de oliva

Meterse en faena

Desmenuzamos finamente el bacalao desalado, para esta receta yo he usado el bacalao congelado que ya viene desalado, pero podéis desalar vosotros mismos el bacalao. También podéis pasarlo por la picadora si lo preferís.
En la picadora o bien dándose maña con el cuchillo se pica muy finamente los dos dientes de ajo pelados y el ramillete de perejil, solo las hojas.

 En un bol amplio cascamos los dos huevos y batimos ligeramente,  añadimos el vaso de leche y seguidamente incorporamos el bacalao y la mezcla de ajitos y perejil y le damos una gracia de sal, de momento sólo un poco porque el bacalao de por sí ya es salado. Movemos bien y añadimos harina. 

Vamos incorporando harina poco a poco junto al impulsor químico, hasta que consigamos una masa espesa pero fluida. Una forma de saber que la masa está en su punto es cogiendo un poco en una cuchara e ir dejándola caer sobre el bol, si la masa al caer va haciendo dibujo sobre la superficie es que la masa tiene el punto. No os he puesto una cantidad exacta de harina porque dependiendo del tamaño de los huevos la masa va a admitir más o menos pero como mínimo siempre necesitareis casi la misma cantidad de harina que de bacalao. Aunque yo prefiero incorporar harina poco a poco como os he indicado.

Ponemos abundante aceite de oliva a calentar y cuando esté bien caliente vamos añadiendo cucharaditas de masa. Yo lo que hago siempre es hacer primero una cata, frio un sólo buñuelo y lo pruebo, así compruebo su punto de sal y esponjosidad y puedo rectificar el resto de la masa si no es correcto.

Vamos friendo todos los buñuelos y servimos muy calientes, el buñuelo cuando se enfría pierde toda su gracia.

Comentarios a la receta

Yo no suelo emplear colorante alimentario en esta receta pero si a alguien le gusta ver el buñuelo más amarillito sólo tiene que añadir una mínima cantidad de colorante alimentario a la masa y mover bien.

Hay quien elabora esta receta con una masa más compacta y con muchos tropezones de bacalao, en mi familia siempre los hemos realizado con una masa espesa pero fluida y el bacalao muy desmenuzadito. Eso va en gustos y os lo dejo a vuestra elección. La masa más compacta os dará buñuelos más redondos, la que yo os propongo creará un buñuelo tipo torta como se ve en la foto.

Mini pizza en calabacín


Esta receta surgió leyendo un blog que consulto habitualmente, ahora no consigo recordar dónde lo leí y me da rabia que me pasen estas cosas porque creo que es importante citar las fuentes.  La receta original utilizaba calabacines luna y el ingrediente principal era el pepperoni. Yo cogí la idea al vuelo, que me pareció maravillosa y la he adaptado a mi gusto personal. Me pareció una idea fantástica para disfrutar de unos calabacines de una manera diferente con el inequívoco sabor a pizza que tanto nos gusta pero que no podemos permitirnos muy a menudo, al menos yo, que mi cintura es muy amiga de invitar a quedarse a las calorías indeseadas.

viernes, 26 de abril de 2013

Ensalada de canónigos y gulas



¿Hay algo más triste en nuestra mesa que una aburrida ensalada de lechuga, tomate y cebolla?, muy pocas cosas, la verdad. Hoy en día disponemos de una oferta muy amplia de productos para preparar ensaladas variadas, divertidas y muy buenas, que es lo más importante. Cualquier supermercado o tienda de barrio nos puede suministrar de diversas clases de lechugas, brotes tiernos, rúcula, berros o los protagonistas de esta entrada, los maravillosos canónigos.

Tienen propiedades depurativas, diuréticas y laxantes y su valor nutricional es superior al de la lechuga. Su único inconveniente, lo poco que aguanta en óptimas condiciones, los canónigos son para comprarlos y consumirlos, nada de tenerlos en la nevera varios días.

Esta es una ensalada muy conocida, no vengo yo hoy a descubrir las Américas, pero da siempre tan buen resultado, está tan buena y es tan fácil de hacer que cumple perfectamente mis criterios de comer muy bien complicándonos lo justo y me apetece traerla al blog por si hay alguien que todavía no la conozca.

Ingredientes 

1 Bolsa de canónigos
1 Paquete de gulas
1 Diente de ajo
1 Guindilla cayena
Tomates Cherry
Sal
Aceite de Oliva

Meterse en faena.

Fileteamos finito el diente de ajo pelado y lo ponemos a freír en una sartén con un poco de aceite y la guindilla cayena. Si queremos que el ajo se quede de un bonito color dorado es conveniente hacerlo a fuego muy suave, recordar que el ajo quema muy fácilmente. Cuando el ajo esté dorado añadir el paquete de las gulas, mover bien y apartar.

Ponemos los canónigos en un bol o fuente amplia, incorporamos los tomates cherry  partidos a la mitad y echamos sal en su mínima expresión. Añadimos las gulas a las que habremos sacado la guindilla.

Si os gusta podéis darle un toque de vinagre de jerez, pero a mí me gusta que le sobresalga el gustito del aceite con ajitos. Recordar que las gulas es un producto que ya contiene sal, por eso recomiendo ponerle sólo a los canónigos.

¿Veis que fácil y que bueno?.

jueves, 25 de abril de 2013

Huevo con tomate


Ya os he hablado de la combinación de tomates y pimientos en la gastronomía murciana, así que aquí os dejo esta receta que es un clásico del recetario de mi madre y que yo también hago habitualmente en casa. Es un plato que nos sirve tanto para ir picando como para completar a modo de segundo una comida más ligera.
Confieso que a mi este plato me encanta e incluso me lo preparo  entre dos trocitos de pan a modo de bocadillo, con una cervecita bien fría, gloria bendita.


Ingredientes para 4 personas

1 Lata de tomate natural triturado de 400 gramos
1 Pimiento italiano grande
3 Huevos XL
Sal
Aceite de oliva
Azúcar

Meterse en faena

Ponemos un chorrete generoso de aceite en una sartén a calentar y mientras, lavamos, secamos y partimos a cuadraditos medianos el pimiento verde, lo ponemos en la sartén cuando el aceite esté caliente y le añadimos un polvito de sal para ayudarlo a sudar. A mí me gusta hacerlo a fuego bajo porque si no el pimiento se quema fácilmente. Cuando el pimiento poquito a poco se haya frito sacamos del aceite y reservamos.
Añadimos entonces la lata de tomate y dejamos freír lentamente. Cuando hacemos tomate frito es importante contrarrestar la acidez del tomate con una cucharadita de azúcar. Depende mucho de la marca de tomate (o incluso se puede usar tomate natural maduro rallado) la cantidad de azúcar que se necesitará, no todos los tomates tienen el mismo punto de acidez asi que hay que ir probando el sofrito hasta que lo encontremos bien, sin que le destaque el tono ácido tan característico del tomate frito mal elaborado.
¿Cuándo sabemos que un tomate está bien frito?, pues es sencillo, el tomate que se ha frito ha “expulsado” el aceite y marca surcos y agujeritos en la superficie. Os dejo imagen que lo aclarará mejor.

Añadimos los pimientos que teníamos apartados, reservando unos trocitos para colocarlos encima a modo de decoración rústica.
Cascamos los huevos sobre nuestro tomate frito y subiendo un poco el fuego vamos removiendo hasta conseguir que el huevo esté totalmente integrado en la salsa de tomate y se cuaje. Probamos y rectificamos de sal si fuera preciso.
Servir en una fuente con el resto de pimientos fritos encima.


Palmeritas de Hojaldre

 
¿A quien no le gusta un dulcecito despues de comer o a media tarde con nuestro café o infusión preferido?, a mi si desde luego y no soy excesivamente golosa. Esta es una receta para preparar en esos días que el cuerpo nos pide un dulce y tenemos algo de prisa por darle su ración de azucar. Simple, muy económica y rápida. Hacer estas palmeritas es apostar por caballo ganador, es imposible que salgan mal. 

Como una imagen vale mas que mil palabras os he preparado un paso a paso fotográfico.

Ingredientes

 1 Placa de hojaldre congelado
Azucar

Meterse en faena 


Espolvoreamos generosamente de azucar una hoja de papel de horno


 Ponemos la placa de hojaldre encima y añadimos azucar con alegría


Con un rodillo ejercemos algo de presión para incrustar el azucar en el hojaldre


Doblamos cada extremo de la placa hacia el centro



Volvemos a presionar ligeramente con el rodillo y vuelta a doblar


Doblamos a la mitad y ya no presionamos


Cortamos con un cuchillo afilados rodajitas de 1 centímetro de grosor

Colocamos sobre papel de horno en una placa, algo separados porque aumentaran su tamaño

Horno precalentado 180 ºC, calor arriba y abajo, darle la vuelta cuando esten dorados y dejar unos minutos mas

¿Os apetece una?


miércoles, 24 de abril de 2013

Dorada con pisto


Hoy vengo con una receta de dorada, un pescado muy consumido en todo el arco Mediterráneo.  Es un pescado que se puede criar muy bien en piscifactorías, de hecho la inmensa mayoría de doradas que se encuentran actualmente en mercado son de este tipo, estas son fáciles de distinguir de la denominada Dorada Salvaje (mucho más sabrosa y cara) porque esta última tiene una franja de color dorado, de ahí le proviene el nombre, ente los ojos y en las de piscifactoría esa franja es negra o grisácea.

En Murcia una de las formas típicas de comer la Dorada, mejor si es del Mar Menor, es frita con tomate y pimientos. Realmente en Murcia la mezcla de tomate y pimiento es toda una institución y la usamos para carnes, pescados o huevos y nos quedamos más anchos que pancho. Y que buena combinación, digo yo.

Cogiendo la idea de ese plato de dorada frita con pimientos y tomate de mi madre, pero queriendo hacer algo más suave y menos contundente en cuestión de grasas he preparado este platillo.

Ingredientes para 2 personas
1 Dorada grande o 2 pequeñas
1 cebolla
½ calabacín
1 Tomate maduro pero firme
1 Patata mediana
Sal
Aceite

Meterse en faena.

Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana (corte a tiras finas), en una sartén ponemos 4 cucharadas de aceite de oliva y ponemos la cebolla a rehogar con un poco de sal, en esta ocasión quiero que coja un poco de color así que la haremos a fuego medio, vigilando que no se queme porque la estamos haciendo con muy poco aceite. 

Mientras, partimos el calabacín a daditos y cuando la cebolla haya cogido algo de color lo incorporamos. Bajamos un poco el fuego y vamos pelando el tomate y quitándoles las semillas y lo troceamos también a daditos. Lo incorporaremos a la sartén cuando el calabacín esté algo tierno y dejamos cocinar a fuego lento.

Pelamos la patata, la hacemos daditos y en abundante aceite la freímos y la añadimos a nuestro pisto, movemos bien y reservamos. Si llegados a este punto las verduras hubieran consumido todo su jugo podemos incorporar unos gotas de agua, sólo unas gotas, y dejamos un minuto a fuego para que el pisto no salga seco y apelmazado.

Cogemos los filetes limpios de dorada (pedidlos limpios en la pescadería para mayor comodidad) y frotarlos ligeramente con un poco de aceite y sal.

Ponemos una sarten con unas gotas de aceite al fuego y le damos calor, es importante que al cocinar un pescado a la plancha la sartén donde vayamos a hacerlo este bien caliente, si no el pescado se pegará al fondo, se quedará como cocido y se romperá. Para hacer un pescado a la plancha con piel es importantísimo hacerlo siempre primero por la parte de la piel. La piel al entrar en contacto con la sartén bien caliente tenderá a encogerse, podéis remediar eso poniendo un peso sobre el pescado (haciendo fuerza con una rasera por ejemplo). Dejamos cocinar por la parte de la piel y cuando esté bien dorada daremos la vuelta. Hay que vigilar que no se nos queme. Queremos que la carne coja un bonito color dorado.

Emplatado

Hacemos una cama con el pisto en el centro del plato y colocamos la dorada con la piel hacia arriba sobre el pisto. Yo he completado el plato  con unos canónigos aliñados con aceite y zumo de limón.

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