Mejillones en escabeche caseros

Me encantan los mejillones en escabeche, son mi debilidad, me gustan tanto que hasta me los como en bocadillo o con patatas fritas, lo se, eso suena a guarrindongada que diría David de Jorge, pero no puedo remediarlo, es ver un mejillón en escabeche y lanzarme como una posesa tenedor en mano apartando a todo aquel que se cruce en mi camino, ejem.

Y cosa curiosa, aunque he hecho multitud de pescados en escabeche nunca había hecho los mejillones que tanto me gustan, siempre los compraba ya hechos y no me daba por ponerme a cocinarlos.A raiz de ver esta elaboración en varios blogs me animé a prepararlos y me he enamorado de los mejillones en escabeche caseros.

Circulan varias recetas de mejillones en escabeche por internet, yo he usado la misma formula que he usado siempre para muchos escabeches de pescado, porque me funciona muy bien y me gusta el toque un tanto subido de vinagre, podéis rebajar un poco la cantidad de vinagre si os gustan más suaves.

También comentaros que aunque yo he usado mejillones frescos podéis usar gajo de mejillón congelado que da muy buen resultado.

Ingredientes (saldrán unos 18 mejillones)

1 Kg de mejillón fresco
1/2 vasito de los de agua de aceite de oliva
1/3 vasito de los de agua de vinagre blanco de vino
2 dientes de ajo
2 hojas de laurel
Pimienta en grano
Un chorrete de vino blanco
1 c/s pimentón dulce

Meterse en faena

Lavamos y limpiamos los mejillones, los ponemos en una olla con un chorrete de vino blanco y los tapamos, en cuanto abran retiramos porque a más tiempo en el fuego más merma de tamaño tendrán. Sacamos de sus valvas y le quitamos los pelitos y reservamos.

En un cazo ponemos el aceite de oliva junto a los ajos pelados y laminados, las hojas de laurel y los granos de pimienta, llevamos a fuego muy suave y dejamos que infusionen. Yo en la inducción lo puse en el 2, para que el aceite se impregnara bien del sabor de los ajos y laurel. Cuando veamos que los ajos comienzan a coger color le añadimos el pimentón y rápidamente el vinagre. Dejamos que hierva a fuego suave para que el vinagre pierda su fuerza. Apartamos del fuego y dejamos atemperar un poco el escabeche, entonces lo volcaremos sobre los mejillones que teníamos reservados procurando que estén totalmente cubiertos.

Dejamos que enfríen a temperatura ambiente y después llevamos al frigorífico, mejor prepararlos con bastante antelación al día siguiente están mejor que recién hechos.

Como veis no les he puesto sal, el mejillón ya lleva su propia sal y considero que no necesita más. Es una receta muy sencilla de hacer y por las fotos veis que el resultado es maravilloso ¿no creéis?.