Tarta de fresas y nata

Sabéis que los días habituales de publicación de entradas son lunes, miércoles y viernes, pero de vez en cuando me gusta sorprenderos con una publicación fuera de sus días normales. Y hoy domingo os traigo una tarta muy, muy fácil.

 La elaboré el 14 de marzo, que fue el cumpleaños de mi chico y la verdad es que entre una cosa y otra no la había publicado y no quiero dejarlo más tiempo ya que en las próximas semanas me gustaría dedicar el apartado dulce a elaboraciones típicas de la cuaresma.

Esa semana los astros se conjugaron un poco en mi contra y justo el día de antes del cumpleaños me surgió un imprevisto que me mantuvo todo el día fuera de casa, mi intención era hacer los bizcochos un día y la tarta el siguiente, todo esto como ya os imaginareis en secreto para que el cumpleañero no me pillara con las manos en las fresas, ni en la nata tampoco.

Tuve que recurrir a una base de tarta ya elaborada, si os digo la verdad, me esperaba peor resultado del que dio, no voy yo ahora a romper lanzas en favor de la bollería industrial, de sobra conocéis mi opinión al respecto, pero era eso o nada y el mozo se merecía su tarta. De esta manera en menos de una hora tenía una estupenda tarta preparada, la receta es sencillisima y tan fácil de hacer que hasta yo he podido lograrlo.

Ingredientes

1 Base de tarta ya elaborada
700 ml de nata para montar (mínimo 35% MG)
Fresas
Azúcar glasé
Virutas de chocolate

Para el almíbar

1 vaso de agua
2 c/s azúcar
Zumo de una naranja
2 c/s ron moreno

Meterse en faena

Un ratito antes de empezar a trabajar conviene meter la nata y las barillas, así como el recipiente donde vayamos a montar la nata en el congelador para que estén bien fríos. La nata monta mejor si está muy fría.

Vamos preparando el almíbar poniendo todos los ingredientes en un cazo y llevando a fuego, dejamos cocer unos minutos hasta lograr un almíbar un poco denso, apartamos y dejamos atemperar.

Montamos la nata junto a dos o tres cucharadas soperas de azúcar glasé, yo no le puse mucho azúcar ya que el bizcocho es de por sí dulce y el almíbar también, pero los más golosos pueden añadir más azúcar. Para montar la nata es mejor usar azúcar glasé para que no le cueste nada disolverse. Una vez la nata esté bien firme reservamos 1/3 para recubrirla por fuera.

Lavamos las fresas y las más grandes cortamos a filetes que usaremos para decorar, las más pequeñas las haremos daditos y se las añadiremos a la nata, movemos bien con movimientos envolventes.

Sacamos la base de tarta y con ayuda de un pincel de cocina mojamos bien con almíbar, recubrimos de fresas y nata y ponemos la segunda capa, repetimos la operación y acabamos colocando el último disco de bizcocho, bañamos también en almíbar y recubrimos con la nata que teníamos reservada.

Decoramos con los filetes de fresas y por encima esparcimos unos fideos de chocolate que le van muy bien. Al frigorífico un par de horas y a comerla. 

Como veis es muy fácil y está buenisima.