Postre de café con caramelo

Acabamos la semana de manera dulce, en esta ocasión os traigo este postre de café con caramelo que es una verdadera delicia y que me tiene enamorada. Vereis que es muy fácil de hacer y el resultado es simplemente espectacular.

Esta receta es muy sencilla, no tiene ninguna dificultad de hacer, se prepara con antelación y nos hará quedar como reyes con un postre casero y delicioso. Leí la receta en una revista y le he hecho algunas modificaciones a mi gusto.

Estos vasitos son de panna cotta, aunque todos sabemos ya lo que es una panna cotta, por si alguien no ha oído ese nombre os cuento que es un postre típico italiano que se hace con nata, azúcar y gelatina, y constituye una especie de flan sin huevo. Su textura es más parecida a la de la gelatina que a la del flan y su sabor es más lácteo. Se puede saborizar de lo que más nos apetezca, a mi cómo no me gustan mucho los lácteos las prefiero de sabores intensos como estas de café. Confieso que las panna cottas de nata tradicionales no me entusiasman, pero estos vasitos me tienen enamoradita.

Con los ingredientes que os doy os saldrán dos vasitos como los que veis en la imagen, si deseáis hacer más unidades simplemente ir multiplicando las cantidades.

Ingredientes para 2 vasitos 

200 ml de nata líquida
2 hojas de gelatina neutra
90 gramos de azúcar
Zumo de 1/2 limón
1/2 c/s de café soluble
2 Galletas crujientes tipo hojaldradas
2 c/s agua

Meterse en faena

En un cazo ponemos la mitad el azúcar junto a dos cucharadas soperas de agua y llevamos al fuego, cuando rompa a hervir añadimos el zumo de medio limón, esto es para evitar que el caramelo solidifique. Cuando alcance un bonito color dorado apartamos del fuego. Dejamos que enfríe un poquito y cubrimos el fondo del recipiente donde vayamos a servirlo, yo he usado estos vasitos pero se puede hacer en flaneras, en un molde grande y cortarlo luego a porciones, eso como más os guste. Reservamos un poco de caramelo. Se puede comprar caramelo hecho, si no queréis hacerlo en casa.

En otro cazo ponemos la nata, junto con el resto del azúcar y el café. lo llevamos a fuego suave. Ponemos las dos hojas de gelatina a hidratar en agua fría. Cuando la nata hierva, apartamos del fuego y añadimos la gelatina muy bien escurrida, movemos para que se disuelva y pasándola por un colador de malla fina vertemos en los vasitos. Dejamos que enfríe a temperatura ambiente y luego llevamos al frigorífico hasta que esté totalmente cuajada.

Como estos vasitos son pequeños en unas dos horas los tendremos listos, si hacéis una panna cotta grande necesitaría mínimo 4 horas de frío para que cuaje completamente.

Cuando vayamos a servir añadimos por encima unos hilos del caramelo que teníamos reservado y las galletas que habremos pulverizado con ayuda de la picadora o metiéndolas en una bolsa y golpeándolas con el rodillo.

Muy fácil, muy sencillo y sin embargo, delicioso.