Leche frita (sin glutem)

Mis recuerdos de infancia están muy asociados al barullo del bar de mis padres en época de fiestas, ellos siempre han estado muy vinculados a una hermandad que procesiona en Semana Santa y recuerdo ver a mi padre en la enorme mesa de mármol de la cocina sellando papeletas de lotería que se vendían para ayudar a financiar los gastos que conlleva sacar una procesión a la calle. A mi me gusta ver procesiones, es algo que me resulta muy bonito,siempre digo que es como tener museos en la calle y me gusta oír el redoble de los tambores, el sonido de las cornetas, el olor a velas encendidas e incienso.....Sin ser yo una persona muy religiosa, las procesiones me encantan, supongo que son de esas cosas que hemos "mamado" desde pequeños y llevamos grabadas a fuego.

Como os comentaba cuando publiqué la receta de empanadillas dulces rellenas de natillas las fiestas siempre las tengo asociadas al ajetreo del bar de mis padres, actualmente me ocurre lo mismo y mientras los demás se toman unos días de descanso a mi me toca trabajar mucho, cosa que hago con todo el gusto del mundo y el inmenso amor a mi profesión. La leche frita es otra de las recetas estrellas en el recetario del bar de mis padres y es probablemente una de las recetas de repostería más arraigadas en estas fechas junto con las torrijas

Esta receta me la han pedido varias veces los seguidores del blog y siempre procuro complacerlos, hay muchísimas versiones de leche frita, algunas llevan la masa enriquecida con huevo y mantequilla, otras se preparan con diversas proporciones de harina de trigo y de maíz, pero las que yo os traigo son solo de harina de maíz porque para mi gusto con harina de trigo queda un poco más "basta" de comer y corremos más riesgos de que salga con sabor a harina cruda. Haciéndolas sólo con harina de maíz nos aseguramos también que sean aptas a celiacos.

Con las proporciones que os doy saldrán 4 raciones, la masa aguanta perfectamente varios días en el frigorífico tapada con papel film, eso sí, sin rebozar en harina ni huevo. Es un bocado delicioso, a mi me gusta que quede cremosa, como se ve en la foto central, personalmente creo que ese es el secreto de la leche frita, que sea cremosita y tierna.

Ingredientes

1/2 L leche (yo usé semidesnatada)
40 gramos maicena
100 gramos azúcar
1 ramita de canela pequeña
Piel de 1/2 limón
Aceite de girasol o de oliva muy suave
1 huevo
Maicena para rebozar

Y para acabar

Azúcar
Canela en polvo

Meterse en faena

Hacer leche frita es sencillo, sólo hay que cogerle un poco de maña al punto de la masa, que espero saber explicaros bien.

Ponemos la leche, reservando unos 100ml, a calentar en una olla junto al azúcar, la ramita de canela y la piel de medio limón, sin nada de la parte blanca que amargaría mucho.

En el resto de la leche que tenemos reservada desleimos la maicena, cuando la leche rompa a hervir la colamos a otro cazo para retirarle la canela y el limón y alguna viruta que siempre se desprende de la rama de canela, así nos queda la leche totalmente limpia. Llevamos a fuego y añadimos la maicena desleida en leche, fuego medio y movemos continuamente con unas varillas para que vaya espesando sin agarrarse al fondo.

En muchos sitios la explicación que se da es "mover hasta que espese", ya...pero que espese ¿cuanto?. Mi consejo después de haber hecho muchos litros de leche frita es que movamos hasta que la crema alcance un espesor un poco superior al de la leche condensada y la varilla la notemos pesada al moverla, si cogemos un poco de crema y la dejamos caer el hilo del dibujo debe mantenerse un poco en la superficie y no desaparecer inmediatamente. Y si sois de los que os gusta trabajar por tiempos, con estas proporciones tardará en cocer entre 20 y 30 minutos. Una vez cocida ponemos en un recipiente previamente untado con mantequilla o aceite de girasol, nivelamos la superficie y tapamos con papel film a piel.

Dejamos que enfríe a temperatura ambiente y llevamos al frigorífico mínimo 3 horas. Transcurrido ese tiempo volcamos la masa, que ha de desprenderse con facilidad y cortamos a cuadrados o en la forma que más os guste, rebozamos en maicena y luego pasamos por huevo batido.

Freímos en abundante aceite de girasol o de oliva muy suave, hasta que esté bien dorada.

En un cuenco ponemos unas cucharadas de azúcar y canela, mezclamos bien y rebozamos en esa mezcla la leche frita estando todavía bien caliente.

Sólo nos queda llevarla a la mesa y acompañarla de un buen café o algún licor que nos guste, se puede tomar fría pero a mi me gusta recién frita y en algunos sitios la acompañan de una bolita de helado. Es deliciosa, muy cremosa y como veis es muy fácil de hacer.

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Comentarios a la receta

La masa una vez fría queda con una consistecia similar al de la gelatina, es posible que penseis que se puede romper pero aguanta bien aunque hay que manipularla con un poco de delicadeza. No se va a deshacer al freirla ya que el huevo fríe en poquísimo tiempo y al fuego va a estar menos de un minuto.