Alcachofas estofadas

Las alcachofas son un imprescindible en la gastronomía de Murcia, es fácil ver enormes plantaciones de alcachoferas cuando vas con el coche por la autovía, antes también había enormes campos de almendros que han sido sustituidos por urbanizaciones con campos de golf, lo que me hace recordar que el ladrillo se ha comido gran parte de la hermosa huerta que antes teníamos. Por suerte todavía podemos disfrutar de este producto tan nuestro, que aquí llamamos "alcaciles" con permiso y registro de la Real Academia de la Lengua.

La alcachofa nunca ha sido de mis verduras favoritas, hasta hace relativamente poco tiempo las comía un poco obligada porque se que son muy sanas, pero he aprendido a disfrutarlas y cada vez me gustan más, me repito en lo que ya he dicho muchas veces, los gustos cambian con el paso del tiempo o simplemente sea que aprendemos a educar nuestro paladar, que eso también es importante.

 

El día 22 de cada mes es el día que nos emplaza Pilar de Postres Originales a publicar nuestra receta del reto Color y Sabor de temporada y las opciones que nos proponía para febrero eran las peras o las alcachofas y siendo yo murcianica no podía ignorar un producto tan de mi tierra.

Estuve pensando varias formas de hacerlas, como ya os he comentado es ahora cuando empiezo a disfrutar de esta verdura, con lo cual mi recetario no es demasiado amplio todavía, pero esta receta es muy tradicional en la gastronomía de mi provincia y os la traigo por si alguno todavía no la conoce.

Esta es una receta vegana, baja en grasas y sirve igual como primer plato como una guarnición, yo le he dado un pequeño toque escabechado que creo que las realza mucho pero podéis suprimirlo si no os gusta.

Ingredientes

1 Kg de alcachofas

1 cebolla tierna grande

4-5 dientes de ajo

3 c/s tomate triturado

2 c/s vinagre de vino blanco

Pimienta en grano

1 c/s pimentón dulce

2 hojas de laurel

1 copa de vino blanco

Agua

Sal

Aceite de oliva

1/2 limón

Meterse en faena

En un bol ponemos agua y exprimimos el zumo de medio limón y añadimos también el limón aunque ya no le quede zumo, ayudará a blanquear. Limpiamos las alcachofas retirando las hojas más duras y casi todo el tallo, partimos a cuartos y quitamos los pelitos interiores, vamos poniéndolas en el agua.

Cuando tengamos todas las alcachofas limpias las escurrimos del agua, retiramos el limón y las ponemos a rehogar en una tartera con un fondito de aceite. Las alcachofas tienden a salpicar cuando se fríen y más si las hemos tenido metidas en agua, vamos rehogando hasta que estén doradas.

Sacamos las alcachofas y reservamos, en la misma tartera echamos la cebolla picada a dado pequeño y los dientes de ajo pelados y laminados, ponemos también el laurel y la pimienta en grano, salamos. dejamos que se rehoguen bien y le incorporamos las cucharadas de tomate y cuando fría el pimentón y el poquito de vinagre. Una vez el vinagre pierda su fuerza incorporamos de nuevo las alcachofas.

Mojamos con el vino blanco y una vez haya arrebatado cubrimos con agua, a mi me gusta ir poniendo agua la justa e ir añadiendo si necesita más, no todas las alcachofas son igual de duras y no me gusta que salgan aguachadas, me gusta que queden como en salsita. Cocemos hasta que estén tiernas, unos 20 minutos aproximadamente.

Una receta muy tradicional, muy sencilla y buenísima, si no la conocéis os recomiendo que la probéis y os invito a conocer mi página de Facebook.