Solomillo de cerdo en salsa de uvas

Mis abuelos tenían una enorme parra en el patio de su casa, recuerdo ver los racimos de uva negra colgando en los meses de verano, lo que no recuerdo es haber visto nunca a mi abuelo subido a una escalera cogiendo la fruta, tal vez mis hermanos o mis primos mayores si se acuerden. Aquella casa, donde tanto tiempo pasé en mi infancia puesto que mis padres pasaban muchísimas horas atendiendo el bar, sigue existiendo, la parra se secó hace muchos años y ya no existe pero es uno de esos recuerdos de infancia que siempre nos acompañarán, junto al de los enormes geranios de mi yaya.

Vuelvo a disponer de tiempo para participar en el reto Color y Sabor de Temporada que organiza cada mes Pilar de Postres originales, es un reto que me gusta mucho ya que sabéis de sobra que adoro la verdura y fruta y este mes los dos ingredientes que nos proponía Pilar eran la uva y las setas.

Después de pensar un poco y porque me apetecía mucho hacerle un pequeño homenaje a esa parra debajo de la cual pasé tantas y tantas horas en mi infancia me decanté por las uvas, pero no quería hacer un postre y el resultado de mis cabilaciones es esta receta tan buena que os traigo y que es perfecta para un día de fiesta.

La verdadera protagonista de esta receta es la salsa, es una salsa oscura, dulzona pero con un fuerte sabor a uva, muy brillante. Recetas de salsa de uvas hay veintemil, yo he estado leyendo aquí y allá y al final he optado por hacer una salsa un poco mas profesional y además de seguir mi instinto me he dejado asesorar por el libro Salsas saladas y dulces de Michel Roux que adquirí hace poco.

Estoy muy satisfecha con esta receta, creo que es un plato genial para una celebración, para Navidades por ejemplo iría muy bien y es absolutamente delicioso, más contenta no puedo estar con él.

Como en otras ocasiones os he preparado un breve vídeo con el paso a paso detallado de esta receta.

Ingredientes para 2 personas

1 solomillo de cerdo
24 uvas blancas y rojas
1/2 cebolla tierna o 3 chalotas
100 gramos de champiñones
1/2 rama de apio
1/2 zanahoria
1 tacita de vino moscatel
1 c/s de concentrado de ternera (bovril)
1 c/s pimienta en grano
125 gramos de mantequilla
Sal
Agua
Aceite de oliva

*c/s=cucharada sopera

Meterse en faena

Vamos a comenzar preparando un caldo de ternera, el proceso de hacer un fondo con huesos de ternera es muy laborioso, largo y engorroso para hacerlo en casa, así que me ayudé del famoso Bovril que todos conocemos, el problema es que para mi este producto tiene un sabor un poco artificial y para eliminarlo puse a cocer media rama de apio y media zanahoria a rodajas en litro y medio de agua, a ese agua añadí la cucharada de bovril y dejé que cociera media hora. El sabor mejora muchísimo con algo tan simple como esto.

En una olla ponemos 100 gramos de mantequilla, picamos muy finamente la cebolla o las chalotas y cuando la mantequilla haya disuelto la echamos, ponemos un poco de sal y una pizca de pimienta negra molida, añadimos también los champiñones limpios y fileteados. Limpiamos 18 uvas de semillas y las incorporamos a la olla, no es necesario pelarlas.

 
A continuación le echamos la tacita de vino moscatel y cuando el alcohol haya arrebatado cubrimos con el caldo que habíamos hecho pasándolo por un colador. Dejamos cocer una hora. Pasado ese tiempo la salsa habrá reducido bastante y tendrá un poco de cuerpo.

Colamos la salsa y descartamos la verdura y la fruta, hay que apretar bien para que suelten todo su jugo. 

Pelamos y quitamos las semillas del resto de las uvas, las echamos en nuestra salsa y le añadimos los 25 gramos de mantequilla restantes (eso le ayudará a engordar y le dará mucho brillo), cocemos unos cinco minutos (las uvas necesitan muy poca cocción) y reservamos.

Ahora le toca el turno a la carne, limpiamos bien de grasas y ternillas el solomillo, cortamos las puntas. En un mortero machacamos en grueso la pimienta, yo usé una mezcla de varias clases de pimienta que tengo, negra, blanca, rosada...Con la pimienta y sal frotamos energicamente el solomillo, calentamos una sartén con unas gotas de aceite a fuego medio/alto y cocinamos el solomillo girándolo hasta que esté bien dorado por todos lados. Para ver el punto de la carne ayudaros con la yema de los dedos, si lo tocáis y está blando está poco hecho, si está medio blando esta a punto y si está duro está hecho del todo (truco del almendruco).

Sacamos de la sartén, dejamos que repose unos minutos y loncheamos a medallones, servimos junto a la salsa muy caliente.

Este es un plato un poco entretenido por la larga cocción de la salsa pero merece mucho la pena hacerlo, es absolutamente delicioso y la salsa podemos tenerla hecha con antelación, que incluso está más buena de un día para otro.

Y si has sido capaz de leer hasta el final (que menuda filípica he soltado hoy) te invito a que conozcas mi página de Facebook.