Copa de chocolate y vainilla

Después de varias recetas saladas ya tocaba poner un postre y el que traigo hoy no solo está buenísimo sino que es muy fácil de preparar. Tenía medio litro de nata que amenazaba con caducar en breve y opté por preparar una panna cotta de dos sabores y tomarme algo de tiempo para que las copas quedarán bicolor.

Comentaba el otro día en la página de facebook que se me ha roto el horno y justo ahora que ya empieza a apetecer hornear porque el calor intenso ha pasado, me veo privada de mi electrodoméstico favorito, en fin....

Menos mal que hay postres que no necesitan horneado, como es el caso de las panna cotta. Es un postre típico italiano, se suele servir de manera tradicional acompañada de alguna salsa de frutos rojos, pero como en todo, la receta ha ido evolucionando y hoy en día se prepara de muchos sabores diferentes.

Supongo que recordareis los vasitos de postre de café con caramelo que publiqué hace ya un tiempo, en realidad esos vasitos eran otra variante de panna cotta. Vamos con la receta.

Comentaros que con las cantidades que os doy me salieron 3 copas, si queréis hacer más cantidad simplemente ir aumentando la tasa respetando las proporciones.

Ingredientes

1/2L nata liquida 35% MG
2 c/s azúcar
3 hojas de gelatina (en total son 4,98gramos)
1 c/s azúcar avainillado
3 c/s cacao puro

*c/s=cucharada sopera

Meterse en faena

Ponemos la nata en un cazo junto a las dos cucharadas de azúcar y llevamos al fuego, mientras calienta ponemos las hojas de gelatina a rehidratar en un bol con agua fría. Cuando la nata rompa a hervir apartamos del fuego y añadimos la gelatina muy bien escurrida, movemos bien hasta su completa disolución.

Separamos la mezcla en dos recipientes a partes iguales, en uno de ellos añadimos la cucharada sopera de azúcar avainillado (podéis sustituirla por esencia de vainilla), movemos bien para integrarla.

Colocamos las copas donde vayamos a servirla en un recipiente que nos permita mantenerlas inclinadas pero bien asentadas.

Vertemos la mezcla que contiene el azúcar avainillado, yo me ayudé de un embudo y un colador, a mi me gusta pasar la panna cotta siempre por un colador de malla fina para retirar algún posible grumo de gelatina que no haya disuelto y que resultaría muy desagradable encontrarlo en la boca.

Dejamos que atempere y cuando haya perdido algo de calor metemos en el frigorífico para que vaya cuajando. Mientras ponemos el cacao puro en la otra mitad de la mezcla y movemos muy bien para integrarlo y disolver los grumos. Yo le puse potente de cacao, probadlo y si lo notáis un poco amargo podéis añadir un poco más de azúcar, yo no le puse más.

La mezcla que tenemos en el frigorífico irá cuajando más rápido que la que tenemos fuera, si la de fuera empezara a cuajar porque hiciera mucho frío, simplemente darle un golpe de microondas. La gelatina se puede calentar sin llegar nunca a hervir, no obstante al volcarla sobre la otra no puede estar caliente sino la desharía.

Cuando la gelatina de vainilla esté mas o menos firme (una hora o así), sacamos las copas del frigorífico, ponemos en pie y rellenamos con la panna cotta de cacao. Volvemos a llevar al frigorífico un par de horas mínimo.

Buenísima y muy fácil ¿verdad?. Os espero en mi página de Facebook donde hablamos de esta receta y otras muchas cosas.

Comentarios a la receta

Las hojas de gelatina que yo he usado son las que venden en Mercadona y cada una de ellas pesa 1,66 gramos. La panna cotta ha de quedar cremosa, ponerle más gelatina no sólo no le ayudaría sino que nos dejaría un postre gomoso y difícil de comer.

Podéis usar gelatina en polvo, hay que seguir las instrucciones del fabricante para usarla, pero respetar la proporción que os doy, más o menos calcular un (1) gramo de gelatina por cada 100 ml de nata líquida.

La nata es mejor usarla de 35% de MG, aunque se podría usar de menos cantidad de MG.

Si no quereis complicaros inclinando copas podeis montarlas a fanjas horizontales que también quedan muy bonitas.