La técnica del adobo se remonta a la antigüedad cuando era
utilizada principalmente para poder conservar los alimentos, normalmente carne,
durante mucho más tiempo. Las carnes adobadas se dejaban luego secar y eso permitía
darles un tiempo de conservación mucho más largo cuando todavía no existían los
frigoríficos.
Poco a poco el adobo se ha ido convirtiendo en una forma de
realzar el sabor de algunos alimentos y prácticamente en la actualidad se ha
convertido más que en una técnica de conservación, en una manera de preparar y
cocinar.
Unos de los ingredientes indispensables en los adobos es el
pimentón, que suele ser dulce, aunque también se puede usar picante, he leído
que el pimentón tiene propiedades antibacterianas, con lo cual no es de
extrañar su amplio uso en distintos adobos de carnes, pescados y verduras.
Ingredientes
1 Kg de costillas de cerdo
1 c/s colmada de pimentón dulce
4 dientes ajo
Orégano
Sal
1 c/s aceite oliva
Vino blanco
Pimienta negra molida
Meterse en faena
En un recipiente con tapa hermética ponemos las costillas y
preparamos el adobo. Rallamos los dientes de ajo, le añadimos los ingredientes líquidos,
aceite y un chorrito de vino blanco (se puede sustituir por vinagre o zumo de
limón). Movemos bien para que se impregnen bien las costillas y luego añadimos
los ingredientes secos, es decir, pimentón, sal, pimienta negra y orégano.
Movemos muy bien y tapamos el recipiente y dejamos en el frigorífico.
Yo he preferido usar pimentón dulce y pimienta pero se puede
usar una mezcla de pimentón dulce y picante, eso va en gustos. También se puede
sustituir el orégano por tomillo o romero.
Vamos a dejar las costillas 24 horas adobando, en ese tiempo
es conveniente moverlas dos o tres veces para que se vayan impregnando por igual del adobo.
Pasadas las 24 horas ponemos unas gotas de aceite en una
sartén y echaremos las costillas junto con el jugo del adobo. No hay que poner
mucho aceite ya que las costillas suelen soltar bastante grasa al freírlas y en
el adobo le pusimos un poco de aceite también. Las vamos a hacer a fuego medio,
con paciencia, no hay que subir mucho el fuego si no el pimentón se nos quemará
y las costillas quedarán crudas por dentro.
Yo las he hecho fritas pero se pueden hacer también al
horno, para eso precalentaríamos el horno a 180 ºC, dispondríamos las costillas
en una fuente y las tendríamos una hora aproximadamente en el horno (dependerá
del horno). A mitad de horneado habría que añadirle un elemento líquido
cerveza, un poco a agua o vino blanco.
A mi para estos días de intenso calor me pareció más
sencillo hacerlas fritas, el horno no lo voy a encender en una temporada.
Las acompañé de unas simples patatas fritas a daditos. En
casa me pusieron una pega, les faltó el huevo frito, cachis ;)
Hola Chusa ... la verdad me ha gustado mucho tu receta, sencilla pero con personalidad y coincido contigo ... faltaron los huevos fritos, jaja !
ResponderEliminarHola Wilson, si, un huevo frito le hubiera venido genial. Me gustan las recetas sencillas, me encanta cocinar asi. Gracias por tu visita y bienvenido :)
Eliminarcon huevos o sin ellos esta receta
ResponderEliminarestá para chuparse los daedos,
y lo dijo con mucha razón ya que si cogemos
las costillas para comerlas con las manos
terminamos relamiendo seguro,
unas costillas riquisimas
besos
Jajajaja es verdad Puri, yo me las comi agarrándolas con los dedos y a mordisco limpio, que es cómo mejor se comen algunas cosas XD. Besos.
Eliminar